Abrir o habrir.
Estoy totalmente de acuerdo con el contenido del
texto. Me he visto reflejado en algunas cosas y a su vez espantado por otras,
como el caso de Las Palmas de Gran Canaria en donde solo aprobaron 17 de 169
opositores a Policía Nacional. El problema no es solo el hecho de haber cometido
las faltas sino estar en desacuerdo con el veredicto que dan los examinadores
en estas pruebas. En este aspecto se ve
que la gente se conforma con poco, es como si no se quisiesen hacer las cosas
bien (como decía el profesor cuando el de pequeño escribía una carta a un
amigo).
El hecho de tener faltas de ortografía en los exámenes,
demuestra la actitud que has tenido frente al examen, el no haberlo revisado,
el no haberte aprendido las palabras que podían ser mas conflictivas dentro de
la materia del examen o muchos otros hechos, dan a conocer la actitud con la
que el examinando va a realizar un examen.
En el colegio o en lugares donde esta patente este
problema, no se debería permitir estas infracciones. Es necesario respetar la
lengua y aprenderla según como esta hecha -sin hacer excepciones a ministros-
porque el grado de comunicación que nos permite esta es excelente y no deberíamos
rebajarlo. Este aspecto es importante, a su vez, hacérselo ver a los niños
porque sino las faltas de ortografía se convierten en algo separado del método comunicativo
y en mi opinión es el problema actual, lo cual conlleva a al “todo vale”.
¿De quién es el problema? En mi opinión no es un
problema focalizado en una de las partes, educación de la persona o la persona
como tal, el problema pasa por ambas partes, por la educación que haya tenido
la persona a lo largo de su vida y también por el interés que ponga esta por
querer comunicarse, que al fin y al cabo es el objetivo ultimo de la correcta
escritura de la lengua.
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